16 jóvenes inocentes asesinados brutalmente, a mansalva, cuando celebraban el cumpleaños de uno de ellos. Ráfagas de metralletas accionadas por cobardes, por gente (¿gente?) que sustenta su poder en un arma. ¿A dónde hemos llegado? ¿Qué nos falta por ver? ¿Dónde quedó la humanidad, dónde la supuesta imagen y semejanza con Dios? Pobre país, sumido en el delito, la corrupción, la impunidad. Pobres ciudadanos, indefensos ante aquéllos que utilizan su dinero, su influencia, su poder o sus armas para pasar por encima de quien sea.
La sangre de esos muchachos clamará justicia hasta que alguien la haga (¿algún día será eso?).
Urge hacer algo aquí. El país se está desmoronando y hay quienes todavía no se dan cuenta de ello.
Es triste y es trágico ver cómo hemos dilapidado el enorme capital que se nos dio. El estado de derecho está siendo sustituido por la ley de la selva.
¿Qué podemos hacer los que estamos ya hartos de esta situación y preocupados por lo que todo esto podría acarrear en el corto, muy corto plazo?
A muchos solo les importan sus intereses, su bienestar, su presente, y lo que pase o deje de pasar aquí les tiene sin cuidado, aunque en el discurso, el país está por encima de todo. Qué bien mentimos, eso sí se nos da, como lo ha demostrado Sara Sefchovich. Pero no se puede mentir a todos todo el tiempo.
Está sonando la tercera llamada. No habrá una cuarta.
martes, 2 de febrero de 2010
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Que desgracia para todos por aquellos que no conocen otra forma de reaccionar ante sus problemas que la violencia...
ResponderEliminarSí, el uso de la fuerza sólo muestra su debilidad.
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